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Leitza

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Las fiestas patronales de San Tiburcio se celebran en Leitza el 10 de agosto. En ellas se baila el Ingurutxo de Leitza, una de las danzas sociales más representativas de la Navarra húmeda. Menos conocidos, pero también muy populares son los carnavales o loteak, que comienzan el tercer domingo de enero. Carnavales se celebran el cuarto domingo en enero. El Domingo al mediodía se realiza el desfile de carrozas realizado por las cuadrillas del pueblo. El lunes y martes se recorren los caseríos en los cinco principales barrios del pueblo (Maieta-Sakulu, Arkiskil, Erreka, Gorriztaran y Erasote). Los mozos que recorren los caseríos dan buena cuenta de las txistorras, queso, nueces, vino y todo tipo de manjares que los baserritarras les ofrecen. Los mozos suelen ir acompañados por los txistularis de la zona y la jornada termina con una buena cena en la sociedad Aurrera.

A Leitza podemos llegar desde la autovía A-15 o desde Uitzi atravesando el puerto del mismo nombre. El núcleo principal de Leitza se encuentra en un ensanchamiento del valle, encerrado entre las montañas por las que se distribuyen los barrios de caseríos de Arkiskil, Erasote, Erreka, Gorriztaran, el más extenso y poblado, y Sakulu. La localidad cuenta con alrededor de 2889 habitantes distribuidos por los barrios mencionados.

Dominando el valle y el casco antiguo de la villa se encuentra la iglesia de San Miguel, visible desde muchos puntos de la población, con su gran porche o procesionario neoclásico que la rodea y su mole de piedra gris-azulada, levantada en el último cuarto del siglo XVIII, de la que sobresale una torre lateral de finales del XIX.

A sus pies se extiende el caserío del casco antiguo, que llega hasta la carretera. Paseando por él podremos admirar gran variedad de edificaciones, desde grandes casas de tipo parecido al guipuzcoano, con tejado a dos aguas, grandes bloques de tres y cuatro niveles con balcones corridos de madera y portales de medio punto, casas con entramado de madera y bastantes edificios a cuatro aguas de porte señorial y palaciano.

Destaca por su monumentalidad la Casa Consistorial, construida en 1915 de piedra gris-azulada típica de la zona, en un estilo ecléctico y sobrio, con porches en el bajo, una primera planta sobre ellos terminada en terraza, y otra planta sobre ella con un gran escudo rococó en la fachada que se remata en una especie de frontón triangular.

En un alto al este del Leitza, sobre la población, se encuentra la ermita de Santa Cruz, cuyo aspecto actual se debe a la reforma hecha en el siglo XIX. Está recientemente restaurada.

Leitza es uno de los pueblos navarros donde están más arraigados los deportes autóctonos o Herri Kirolak, sobre todo levantadores de piedra o harrijasotzaileak, cortadores de troncos o aizkolariak y jugadores de pelota a mano. De aquí son personajes tan conocidos como los harrijasotzailes Iñaki Perurena y Mikel Saralegi y los pelotaris Abel Barriola y Oinatz Bengoetxea.